La infidelidad en la pareja. El sentimiento de culpa.
Una terapia de infidelidad
tratará de restablecer la confianza, la comunicación... pero no podrá avanzar sin
resolver el sentimiento de culpa.
Un estudio del Journal of Couple and Relationship Therapy asegura que entre un 45% y un 55% de las mujeres casadas han sido infieles. Otro estudio del instituto de investigación DYM, basado en diversas estadísticas, señala un 56% de los varones no rechaza una aventura cuando se presenta la oportunidad. Por tanto, hay muchas terapias de pareja motivadas por una infidelidad.
¿Cómo actuar en una relación de pareja dañada por la infidelidad?
Desde mi punto de vista hay que hacer un triple trabajo.
Restablecer confianza entre ambos
Reparar daño causado. La capacidad de autocuidado y cuidado.
Sentar las bases para que llegue el perdón. Quien ha sufrido la infidelidad deberá perdonarla, pero quien la ha cometido tendrá que perdonarse.
Porque confianza, daño y perdón se da en estas tres esferas.
- No puede haber perdón si no hay empatía.
- No hay empatía si no hay comprensión de lo ocurrido.
- No hay comprensión si no hay aceptación de lo ocurrido
- No hay aceptación si sigue el sentimiento de culpa.
Por tanto, la persona que ha cometido la infidelidad tendrá que empatizar consigo mismo, comprender y aceptar lo ocurrido y en definitiva perdonarse en lugar de culparse. Asumir la responsabilidad de lo que ocurrió.
Y esto es particularmente complejo en una sociedad como en la que vives y a la que algunos expertos ya denominan la Cultura de la Culpa.
La cultura de la culpa alimenta la insatisfacción vital que lleva a muchas personas a sufrir depresión, adicciones, ansiedad, pero también a buscar fuera de la pareja lo que no encuentran en ella. La culpa también sirve a la persona infiel para no romper con su pareja por el sentimiento que esto representaría, generando entonces un círculo que no puede romperse si la terapia no resuelve dicha culpa.
La culpa crea en ti un autoengaño porque te dice: Si no has podido hacer otra cosa y has "pecado", no eres culpable porque no tenías ninguna responsabilidad sobre lo que ocurrió. La sociedad ayuda a que creas que esto es así y de esa forma estás salvad@.
El sentimiento de culpa de forma paradójica te desresponsabiliza porque la culpa coloca la absolución en un poder externo a ti. Porque la culpa cumple la función compensatoria de decirte a ti mismo/a "Mira que buena persona que soy que me siento culpable"
El sentimiento culpa, te salvará de lo que has hecho, pero a cambio de otras emociones como ansiedad, angustia, remordimiento, insatisfacción, vergüenza...Por lo que termina generando un circulo de nuevas infidelidades en forma de "recaídas".
Por tanto, muchos procesos terapéuticos y especialmente en terapia de infidelidad no podrás avanzar si no resuelves la culpa inherente al conflicto entre el "yo no quería" y el "yo no pude evitarlo", entre el "deseo hacia otr@s" y el "tengo que ser fiel".
Estas son las claves para la resolución de la culpa:
Empatizar:
Comprender a quien te fue infiel y si eres tú quien ha sido infiel, comprenderte. Comprender que uno no es infalible, que la vida está llena de faltas, de errores, pero no puedes vivir con esa carga.
El sentimiento de culpa se acentúa si ves la vida como todo o nada, como blanco o negro. Si piensas que las cosas están bien o mal, reducirás la capacidad de respuesta para afrontar cualquier error o falta.
Aceptación
De forma paradójica la resolución pasa por "sí, yo lo hice" o "si, sucedió". Y si bien es cierto que, a veces, no puedes controlar lo que sucede, puedes decidir como transitar por esto y esto te ayudará a asumir y aceptar lo ocurrido. Si no hay aceptación no podrás transitar por este episodio y resolverlo de una forma u otra, quedando "enganchado" al dolor sin poder avanzar hacia resolución, sea a través de una ruptura o de una reconciliación.
El amor vincula, pero vincula mucho más el dolor.
Flexibilidad
La rigidez es típica de las personas que generan sentimientos de culpa por lo que una buena estrategia de intervención se basará en aumentar tu flexibilidad, muchas veces en relación a tu identidad. "Precisamente como yo soy así no tolero, no me permito haber sido infiel o que el otro haya cometido una infidelidad. Y eso me hace sentirme culpable". Un concepto inmaculad@ de ti mismo y de tu pareja, no podrá permitirse ningún error. Pero un concepto flexible podría propiciar una reconciliación.
¿Qué hay detrás? La infidelidad hay que ubicarla en un contexto y cada pareja la vivirá de una forma muy diferente. Podemos hablar de algunos tipos de infidelidades que cumplen funciones diferentes:
Infidelidad como ofensa: La infidelidad puede ser una ofensa, una venganza camuflada hacia la pareja. En este caso es síntoma de crisis.
Infidelidad como travesura: A veces estando bien con la pareja se comente una infidelidad. Puede asociarse a un tema de autoestima o regresión a momentos de soltería. En este caso el trabajo terapéutico se enfoca a aquello que buscas y no encuentras ni en ti ni en tu pareja.
Infidelidad como mensaje: Infidelidad muy patente y que deja "pistas" para propiciar una ruptura o una atención. Suele darse en personas con dificultad para afrontar o abordar una crisis importante de pareja.
Infidelidad como deuda pendiente: "Me quedé con ganas de follar con alguien", por lo que representa o representó en un momento de tu vida. Suelen ser decepcionantes.
Si los dos creeis en vosotros mismos, no dejéis que una infidelidad tire por tierra vuestra relación. Es mejor abordarla cuanto antes y buscar una solución en forma de separación o reconstrucción, transitando por esta crisis de la mejor forma posible.